
HOLA,
SOY MarieL Sejenovich
¿Cómo estás? Me encantaría poder compartir contigo toda la transformación que la astrología ha traído a mi vida. Desde mis 22 años la astrología viene acompañándome, y con ella todo el conocimiento y cambio de percepción que esto trae.
Así, cuando vivía momentos de transformación; algunas veces en forma de “noche oscura del alma”, otras cuando me separaba de una pareja, o con grandes desilusiones y desafíos y sobre todo, en algunas crisis existenciales donde no sabía por qué estaba aquí…ahí, en ese momento, la astrología sí estaba.
Los planetas y las constelaciones estaban, y me mostraban con su presencia, no sólo a través de mi carta natal, sino también tocando mi corazón y uniendo distintas partes mías, me estaban contando, enseñando, realmente qué significaba lo que estaba viviendo.

Fotografía Fernando Gens. Arg. 2023.
Este conocimiento me acompaña y me ha sostenido durante toda mi vida adulta. Esta compañía ha sido una joya por la que estoy profundamente agradecida.
¿Cómo LLEGUÉ A LA ASTROLOGÍA?
​A mis 22 años tuve una experiencia trascendental con la muerte de un ser querido que conmocionó mi forma de dar sentido a la vida. Fue realmente una iniciación. Fui atravesada por un torbellino de preguntas existenciales y vivencias que despertaron en mí otra conciencia. Tuve la certeza de que varios niveles vibratorios coexisten en la Realidad.
En medio de este viaje intenso de mi ser, a la semana, una mano mágica me puso de frente a un astrólogo. El me habló de mí misma como nunca antes nadie lo había hecho.
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-Perdón, dije. Todo lo que estás diciendo, lo estas diciendo mirando ese dibujito????
- Si-dijo el astrólogo.
-Yo quiero aprender eso-dije.
Y el astrólogo sonrió.
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A partir de ese momento empecé a percibir un orden oculto, un misterio que se develaba en cada acontecimiento. Todas las situaciones tenían otro color, porque desde ese momento mi comprensión cambió. La vida ya no era una y yo otra. Estábamos entrelazadas, como dos amantes, que se viven apasionadamente y a veces se aburren de encontrarse.
Mi vida, los astros y yo pasamos a ser una.
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Fotografía Fernando Gens. Arg. 2023.

INTERLUDIO II
También por eso prefiero hablar de la astrología, para hablar de mí.
Y de los cuerpos, y del amor.
Volverme poesía, para presentarme.
Y sentarnos en la mesa del misterio, y comer sus dulces y picantes platos.
Invitarte a una charla con mercurio, y jugar y hacerle trampa…
Imantarme de pasión con marte y entregarme a venus en sus danzas.
Y transformarme en su presencia…
Y vaciarme de mi.
¿POR QUÉ ASTROCORPÓREA?
Los planetas y las estrellas vibran en nosotros. Somos resonadores del universo. Y ya somos todo lo que tenemos que ser, solo que no lo sabemos. En nuestras células y en nuestros canales energéticos está la información, no hay separación.
Por eso soy astrocorpórea.
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Porque desde el momento que fui incorporando los símbolos de la astrología se convirtieron en una llave para conectar. Investigando a través de los tránsitos de los planetas, por mi carta natal y por la de otros, fui resonando y comprendiendo a la energía de cada cuerpo celeste, desde la resonancia empírica, concreta en mi vida y la de los demás. Cuando nombro a un planeta tengo en el cuerpo su vibración, la historia de ese planeta a través de las experiencias vividas.
Y así también me convertí en osteópata, empezando a amar lo más sabio y manifiesto. Desde la célula, volvernos perceptivos del momento que estamos viviendo. Entregarnos a lo que es y poder comprenderlo, sin definirlo tanto, sin encasillarlo. Dimensionando todo el tiempo la experiencia. Porque los símbolos resuenan. No son conceptos. Y cada persona los vive de manera diferente. Y nos puede sorprender. La vida se vive así misma y los procesos son. Todo lo que nos pasa es un tesoro. Aprendí que la belleza está en la presencia, que lo muy denso, trágico o difícil puede volverse suave, cuando uno se anima a respirar y estar presente. Cuando uno es un resonador y lo comparte.
Por eso soy astrocorpórea.
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Fotografía Fernando Gens. Arg. 2023.